Os dejamos el artículo de Carlos Macías, portavoz de la PAH, publicado el pasado viernes 24 de Junio
Un lunes cualquiera en Barcelona a las 18h, Marta abre la persiana del local de la PAH para empezar el asesoramiento colectivo en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. En el decurso de la asamblea, ocho familias, angustiadas, anuncian que tienen un desahucio e Irene las tranquiliza, explicando cómo nos vamos a organizar para pararlos como hicimos con el suyo. Juntas, como siempre. Éste no es un hecho aislado, persianas similares se levantan cada semana en Sevilla, Vigo, Segovia y un largo etcétera de asambleas de las doscientas PAH que trabajan para poner fin a los desahucios en todo el estado.
Irene sigue: ahora explica las propuestas que tenemos para acabar con los desahucios, las deudas de por vida, la vivienda vacía y los cortes de suministros, «Las 5 de la PAH». Noelia, con mucha energía, aprovecha para convocar al escrache en un acto de la campaña electoral de Rajoy. Explica que el PP es el partido que, durante toda una legislatura, no solo no ha tomado medidas para acabar con los desahucios, sino que ha suspendido, a través del Tribunal Constitucional, cualquier ley autonómica que haya dado pasos en la conquista del derecho a la vivienda y por ende, recortado los privilegios de la banca.
Anita, de 65 años, nos cuenta que tiene el desahucio en julio y pregunta si se puede acoger a la «moratoria de desahucios» del Gobierno de Rajoy. Yolanda le responde que la falsa moratoria de desahucios es tan restrictiva que la inmensa mayoría queda fuera, que es un titular, pues no hay voluntad real de poner fin a los desahucios. Una voz al fondo de la asamblea recuerda con decepción y cabreo las palabras de De Guindos al anunciar la moratoria de desahucios: «Pararemos 120.000 desahucios en 2 años». La realidad es que durante su vigencia se han producido 274.000 desahucios y solo el 6% se han podido paralizar. No han solucionado el problema, sino que lo han empeorado, porque la deuda no ha parado de crecer. El mensaje concreto del PP al 94% de las familias con amenaza de desahucio es que quedan fuera de su moratoria: ¡qué os desahucien!
Fátima llega tarde a la asamblea porque sus dos niñas chicas se han puesto malas y las tuvo que dejar con una vecina. Tiene desahucio por impago de alquiler, y pregunta cómo conseguir un alquiler social. Vuelve a sonar una voz al fondo de la asamblea: le aclara que el estado español es el estado de la Unión Europea que más desahucia, con más vivienda vacía y con el parque público más pequeño. Lucía, con cierta sorna, recuerda las lágrimas de cocodrilo de Soraya Sáenz de Santamaría al anunciar el Fondo Social de Viviendas (FSV), creado otra vez apelando a la buena voluntad de la banca. El FSV son las migajas, un intento de lavado de cara de la banca y del gobierno. Proponen 10.000 viviendas para conceder alquileres sociales a las 465.710 familias que han sido desahuciadas desde 2008 hasta la actualidad. Una vez más, los criterios son tan restrictivos que desde su creación solo se han adjudicado 4.000 alquileres sociales, lo que significa que solo un 0,8% de las familias desahuciadas han recibido un alquiler social. ¿Qué fondo social es ése? Nosotras hemos realojado a 3.000 personas a través de la Obra Social de la PAH, recuperando vivienda vacía de la banca.
Es el primer día que viene Mohammed a una asamblea de asesoramiento colectivo. Hacia el final pide la palabra y nos explica que, después de todo lo escuchado, lo tiene más que claro: «el PP es el partido de los desahucios». Si alguien lo duda, que se acerque antes del 26J a una asamblea de la PAH, seguro que al salir tendrá claro que votar al PP es votar a favor de que sigan teniendo lugar 184 desahucios al día.
La asamblea acaba organizándonos para las acciones de mañana: por la mañana pararemos el desahucio de Fátima y por la tarde hay un acto del PP en un hotel. Vamos a ir, y luego nos pasaremos por el mercadillos del barrio a repartir flyers e informar a la gente acerca de «Las 5 de la PAH». También acerca de los partidos que no las apoyan.