¿Segunda Oportunidad? No. Es oportunismo tramposo

Tras  analizar al detalle el texto de la Ley «Segunda Oportunidad » que se aprobó en el Consejo de Ministros del pasado viernes, estamos en disposición de hacer una serie de consideraciones sobre el impacto que pueda tener en las miles de familias víctimas de una legislación hipotecaria injusta.

El Real Decreto 1/2015 agrupa un conjunto de tres medidas:
1. Modificación mínima del Código de Buenas Practicas que sigue siendo un Código que excluye a la mayoría de afectados.
2. Ampliación de la moratoria que solo ha parado el 8% de los desahucios.
3. Reforma de la Ley Concursal para para permitir la exoneración de las deudas del deudor principal tras una autentica gimkana.

En cuanto a los dos primeros puntos, los datos hablan por si solos. La falsa moratoria de los desahucios ha tenido unos efectos ínfimos parando solo el  8% de los 120.000 desahucios que se han producido durante su vigencia.  Por su parte, el impacto del Código de Buenas Prácticas de Guindos (RD  Ley 6/2012) aún ha sido más ridículo. En los casi tres años desde su  aplicación solo se ha conseguido daciones en pago para un 0,7% de los  afectados, y por su parte el fondo social de vivienda solo ha concedido  alquileres sociales a un 0,4% de las ejecuciones hipotecarias. Que el Gobierno siga confiando en medidas que ha quedado probado que han sido un fracaso es simptomático de que siguen legislando de espaldas a la ciudadanía.

La tercera de las medidas es la que introduce una novedad mas importante y que más dudas y expectativas ha podido generar. Se trata de la posibilidad de que las personas físicas puedan acogerse a un procedimiento concursal con el fin de liquidar sus deudas. No obstante, tiene unos limites muy claros que van a condicionar la implementación y efectividad de la medida:

  • El procedimiento para la exoneración de  la deuda que se preve es largo, complejo, revocable y con costes a asumir por los afectados. El gobierno del PP ha cedido una vez más ante la Patronal de la Banca para evitar un proceso ágil que permitiera entregar la casa en dacion con total seguridad jurídica.
  • Se siembra el estigma sobre el deudor de buena fe. La imposición de requisitos extra -como no haber rechazado una oferta laboral en los últimos 4 años- centra la atención más en la víctima del engaño hipotecario, que no en las entidades bancarias. Unas entidades que a través de cláusulas abusivas han orquestado un verdadero fraude hipotecario generalizado.
  • No es una Segunda Oportunidad para los avales. Las entidades financieras tras liquidar todo el patrimonio del afectado, podrán dirigirse contra los avales para que estos respondan con la deuda pendiente. Dejar fuera de la Segunda Oportunidad a los avalistas es un limite intolerable, que demuestra la cobardía política y sumisión del Gobierno a los dictados de la Banca.
  • La Segunda Oportunidad es revocable. Si durante 5 años tu situación económica mejora puede revocarse la exoneración de la deuda. Esto provocará que las personas afectadas vivan con la angustia de no saber con certeza si la deuda ha sido perdonada o no. El efecto directo será perverso: ante la amenaza de la revocación del concurso, muchos afectados se verán obligados a sobrevivir en la economía sumergida.

En definitiva, es una Segunda Oportunidad para las entidades financieras, para recuperar la posesion de los pisos hipotecados sangrando de paso a las avalistas. Una Segunda Oportunidad encaminada a proteger los mismos bancos que han provocado la crisis y han sido rescatados, en detrimento de la ciudadanía.

La situación de sobreendeudamiento y  emergencia habitacional que sufre el país necesita de políticas valientes en materia de vivienda. Dación en pago  retroactiva, moratoria real de desahucios y alquiler social. Esa será la Segunda Oportunidad Real para las más de 570.000 familias que sufren una  ejecución hipotecaria desde 20007.

Por esta razón, desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca seguiremos luchando por los derechos de todos y cada uno de los afectados y avalistas, presionando a los bancos y  aplicando la desobediencia civil para conseguir las verdaderas Segundas Oportunidades: las daciones, condonaciones y alquileres sociales que el Gobierno nos niega.

No vamos a permitir rebajas ni engaños. No es una segunda oportunidad, es oportunismo tramposo.

¡Sí Se Puede!

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